Diseñar vestuario, coser, sacar patrones... Nada de esto es sencillo. Nuestras madres y abuelas, por la educación que han recibido, lo hacen con los ojos cerrados.
Sin embargo, vivimos en una sociedad en la que este tipo de trabajo se considera doméstico y, como tal, no se valora como es debido, con la excepción de los diseñadores de moda de renombre. Sin embargo, no tenemos por qué ser franceses parisinos, ni desde luego tenemos por qué considerarlo una labor doméstica imprescindible, si tenemos ganas de aprender sobre corte y confección.
De hecho, la cultura carnavalera nos ofrece una excusa perfecta para hacerlo. Crear disfraces siempre es divertido. Aunque, como comprobaremos en breve, tal vez necesitemos un préstamo personal para hacerlos.
¿Pero cómo podemos empezar? Si ya de por sí no tenemos experiencia sacando patrones de prendas simples, nos resultará complicado dar el paso hacia los patrones festivos. He aquí la primera clave de nuestro aprendizaje: aprender los fundamentos básicos del diseño y patronaje. Confeccionar, camisas, camisetas, pantalones, abrigos y prendas sencillas.
Eso es lo que tenemos que hacer para empezar a tener una base sólida como personas que confeccionan ropa.
Para ello, disponemos en el mercado de múltiples manuales de moda y de diseño, así como revistas con patrones que nos pueden servir para aprender como es debido. Mientras, deberíamos plantearnos echar un vistazo a revistas específicas sobre confección de disfraces.
Después de esto, podemos empezar a experimentar con disfraces sencillos. Antes hemos hablado de un préstamo, y resulta que los créditos rápidos son muy fáciles de conseguir.
No es la única opción que tenemos para financiarnos todos los materiales necesarios, pero sí una de las mejores.
Porque, a la hora de crear disfraces, no es solo la tela lo que tenemos que tener en cuenta, sino también el atrezzo. Podemos aprender a crear armas de juguete, cincurones, bisutería y sobreros, pero necesitaremos acudir a múltiples tiendas para conseguir los materiales esenciales.
No obstante, no tenemos por qué presionarnos. Debemos aprender poco a poco y empezar por lo sencillo, solo así conseguiremos asentar bien las bases de nuestra nueva afición.